Este es un plato típico de la Foia de Castalla. Se elabora en todos los pueblos de la zona, y en cada uno de ellos le dan su toque particular.
Castalla les ha dado fama y en este pueblo los podemos degustar en casi todos sus restaurantes, y en todos ellos magníficos. Los Gazpachos son un plato contundente, para tomar en invierno y con nieve, porque el subidón de calor que te da después de tomarlos te hace olvidar cualquier atisbo de frío. También son un plato normalmente festivo y que se toma con amigos, un plato de domingo en el campo por ejemplo. No son difíciles de hacer, pero sí un poco laboriosos.Los auténticos-auténticos empiezan por hacer una gran torta de harina que se cuece cubierta de brasas, aunque actualmente en la mayoría de restaurantes los sirven con esta torta hecha en el horno, y para mi gusto, no tiene nada que ver la una con la otra. La cocción bajo las brasas, aparte de ser más curiosa, le aporta un sabor especial y característico que va estupendamente con los gazpachos. Se llama Coca a la Llosa, y sirve como fuente para servir los gazpachos en la mesa, porque este plato se suele comer “en comunidad”
INGREDIENTES:
PREPARACION:
Preparar las tortas “vivas”con levadura y casi dos dedos de grosor, y la “muerta”, delgada y hecha sin levadura, para desmigar. Cocer la carne troceada. Después sofreírla y reservarla. En el mismo aceite, sofreir la cebolla y el tomate. Añadir la torta “muerta” troceada, dar unas vueltas y echar el caldo de la carne con la pebrella. Corregir de sal y dejar cocer, sin que llegue a secarse mucho, durante unos 30 minutos. Servir las tortas “vivas” los trozos de carne. Cubrirlos con la torta “muerta” impregnada en el juego de su “cocción”. Acompañar con miel para, al final, untar la torta “viva” y comerla como postre.
Castalla les ha dado fama y en este pueblo los podemos degustar en casi todos sus restaurantes, y en todos ellos magníficos. Los Gazpachos son un plato contundente, para tomar en invierno y con nieve, porque el subidón de calor que te da después de tomarlos te hace olvidar cualquier atisbo de frío. También son un plato normalmente festivo y que se toma con amigos, un plato de domingo en el campo por ejemplo. No son difíciles de hacer, pero sí un poco laboriosos.Los auténticos-auténticos empiezan por hacer una gran torta de harina que se cuece cubierta de brasas, aunque actualmente en la mayoría de restaurantes los sirven con esta torta hecha en el horno, y para mi gusto, no tiene nada que ver la una con la otra. La cocción bajo las brasas, aparte de ser más curiosa, le aporta un sabor especial y característico que va estupendamente con los gazpachos. Se llama Coca a la Llosa, y sirve como fuente para servir los gazpachos en la mesa, porque este plato se suele comer “en comunidad”
INGREDIENTES:
- Dos tortas “vivas” grandes,
- 500 gramos de torta “muerta”,
- un conejo y medio (o liebre),
- medio pollo (o perdiz),
- dos cebollas grandes,
- seis tomates,
- pebrella,
- sal,
- miel.
PREPARACION:
Preparar las tortas “vivas”con levadura y casi dos dedos de grosor, y la “muerta”, delgada y hecha sin levadura, para desmigar. Cocer la carne troceada. Después sofreírla y reservarla. En el mismo aceite, sofreir la cebolla y el tomate. Añadir la torta “muerta” troceada, dar unas vueltas y echar el caldo de la carne con la pebrella. Corregir de sal y dejar cocer, sin que llegue a secarse mucho, durante unos 30 minutos. Servir las tortas “vivas” los trozos de carne. Cubrirlos con la torta “muerta” impregnada en el juego de su “cocción”. Acompañar con miel para, al final, untar la torta “viva” y comerla como postre.
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