- - 800 gramos de raya.
- - 6 dientes de ajo.
- - 1 guindilla.
- - 100 gramos de piñones.
- - 1 rebanada de pan.
- - perejil.
- - pimentón.
- - aceite de oliva.
- - agua
- - sal
- Pondremos un chorro generoso de aceite en una cazuela de barro, y cuando esté caliente, freiremos en él la rebanada de pan hasta dorarla por ambas caras y la reservaremos.
- En el mismo aceite pondremos a sofreir 4 dientes de ajo enteros pelados, la guindilla, y cuando los ajos tomen color, el pimentón, una cucharada colmada de café.
- Tras remover un poco, antes de que se nos pueda quemar el pimentón, añadimos la raya que habremos troceado bien, removeremos todo, y como mucho un par de minutos después, sin parar de remover, añadiremos el agua cubriéndolo todo (aproximadamente 1 litro).
- Ajustamos a fuego lento para cocerlo muy reposado.
- En un mortero grande, picamos con un poco de sal los ajos restantes, el perejil, los piñones y el pan frito, hasta conseguir una pasta ligada espesa, añadiendo para ello un poco de caldo del guiso cuando sea necesario.
- Cuando la raya esté casi acabada de cocer, añadiremos la picada al guiso, igualaremos todo bien, y lo dejaremos que acabe de estar a punto.
- Para la forma mas cundidora de que os hemos hablado, lo podremos cambiar de all i pebre a "suquet" (de sucar, mojarpan) añadiendo cuatro patatas medianas portadas en rebanadas medianas (6 ó 7 milímetros de gordas) o a taquitos según gustos, y que añadiremos después de poner el agua.
- En este caso además de vigilar la cantidad de agua y el punto de cocción de la raya, hemos de preocuparnos tambien del punto de las patatas.
- Tanto de una forma como de la otra, el resultado es extraordinario.